Sisifemia: qué es, cómo detectarla, y cómo combatirla

Sisifemia

A grandes rasgos, la sisifemia está producida por una carga de trabajo excesiva. Se trata de un trastorno originado en el entorno laboral que puede conllevar consecuencias muy negativas para la persona afectada, puesto que, además de sufrimiento físico, comporta también un daño mental considerable. 

El trabajador que desarrolla la sisifemia está sometido a un trabajo cuyos objetivos son, a menudo, inalcanzables. Por tanto, al estar sometido de forma casi diaria a este agotamiento, se desencadena un sentimiento de frustración que a menudo no tiene nada que ver con la real dedicación del afectado.

Es decir, en numerosas ocasiones, a pesar de que el trabajador esté dedicando un tiempo excesivo, tiene la sensación de que “no hace lo suficiente”

En el artículo de hoy hablamos de la sisifemia, un trastorno poco conocido que entraña consecuencias notablemente dañinas en nuestra salud física y mental, incluida una incapacidad en los casos más graves. 

¿Qué es la sisifemia?

Este trastorno fue descrito por vez primera en 2022 por el médico José Manuel Vicente, director de la Cátedra de Medicina Evaluadora Pericial (UCAM). Como se puede deducir, la denominación proviene de Sísifo, el personaje mitológico que fue condenado a subir eternamente una roca a una montaña y que, automáticamente, volvía a caer rodando una vez llegaba en la cima. Un claro símil, pues, de una tarea que nunca termina y que se vuelve pesada, monótona y agotadora. 

El doctor Vicente se percató de que los trabajos que poseen una alta carga mental y que, además, exigen mucha responsabilidad, son los que pueden considerarse “sisifémicos”. No sólo eso; los descansos inexistentes, con muchas horas seguidas de trabajo y objetivos prácticamente inalcanzables, también son característicos de este tipo de tareas.

Por tanto, los colectivos más susceptibles de padecer sisifemia son aquellos que presentan todas o algunas de estas características: auditores, periodistas, investigadores, consultores, médicos, altos cargos…

Hoy en día, la sisifemia no está considerada «oficialmente» un trastorno psicológico, ya que no aparece descrito en los manuales diagnósticos. Ahora bien, como concepto nuevo, es útil para describir algunas experiencias y patrones de conducta que desgastan la salud mental, más allá del nombre que les pongamos.

Síntomas

Aunque, tal y como he comentado, no existe un listado oficialmente reconocido de los síntomas de la sisifemia, por lo general se le asocian estas experiencias:

  • Problemas de concentración causaos por el estrés acumulado.
  • Déficit de sueño por los problemas a la hora de intentar desconectar mentalmente del trabajo.
  • Ansiedad basada en la incertidumbre sobre lo que hay que hacer en el trabajo, ya que la persona no ve claras las metas o los pasos a seguir para alcanzarlas.
  • Sentimiento de estar atrapado en un bucle: cuanto más se trabaja, más insuficiente parece el trabajo.
  • Frustración por no tener la seguridad de estar contribuyendo aportando un trabajo valioso.

Causas de la sisifemia

El origen de la sisifemia se basa en las tareas que exigen grandes objetivos prácticamente inalcanzables y requieren de un sobreesfuerzo por parte del trabajador… Combinado con una serie de expectativas muy abstractas y poco definidas, tirando hacia lo irrealizable.

En general, pues, la persona afectada por sisifemia es incapaz de desconectar durante sus días de descanso, ni siquiera en los momentos de sueño. Su mente está constantemente conectada con el trabajo pendiente y no puede, literalmente, desvincularse de ello. 

Las consecuencias de todo ello no sólo son físicas y mentales, sino también sociales. Al estar conectados con el trabajo de forma constante, los vínculos sociales disminuyen, así como los momentos de ocio.

Todo ello no hace más que dañar la autoestima del trabajador y su bienestar, llevándole, en ocasiones extremas, a la enfermedad. Este cansancio impide ser productivo, por lo que los horarios se alargan más y más y, entonces, sobreviene más cansancio… y así en un bucle complejo que parece no tener fin. 

¿A quiénes afecta la sisifemia?

Ya hemos comentado cuáles son los trabajos en los que se es más propenso a desarrollar este trastorno, debido a su altísima exigencia. Por otro lado, los estudios demuestran que existe asimismo un componente biológico y psicológico, puesto que no todas las personas sometidas al estrés y a la sobrecarga de trabajo padecen este problema.

Terapia Ocupacional: qué es, cómo funciona y para qué sirve

El doctor Vicente afirma que las personas más susceptibles a padecer sisifemia tienen una personalidad muy arraigada en los valores de la responsabilidad extrema y un acervado perfeccionismo. Una necesidad apremiante de reconocimiento en el ámbito profesional también es campo abonado para el desarrollo de la patología.

Por otro lado, el teletrabajo ha fomentado el crecimiento de este trastorno, pues, aunque tiene muchas ventajas, entre sus inconvenientes está el no distinguir claramente el tiempo de trabajo del tiempo de ocio. 

Diferencias entre sisifemia, burnout y workaholism

Por supuesto, la sisifemia no es el único trastorno ligado al mundo laboral. Te sonarán, probablemente, las palabras workaholic (adicción al trabajo) y el síndrome de burnout laboral (estar “quemado” en el trabajo). Sin embargo, aunque puede parecer lo mismo, existen ciertas diferencias entre ellos y la alteración que tratamos en este artículo. 

¿Cómo distinguir la sisifemia de otros trastornos de tipo laboral?

1. Workaholics

Literalmente, quiere decir “adicto o adicta al trabajo”. Se trata de una dependencia hacia una secuencia de acciones ligadas al mundo laboral. En este caso, comporta bastante menos agotamiento mental y físico.

    Por otro lado, los workaholics no poseen un sentido de la responsabilidad y la perfección tan elevados. Simplemente usan el trabajo como amortiguador o inhibidor de emociones. 

    2. Síndrome del burnout laboral

    El burnout puede confundirse más con la sisifemia, puesto que las personas que padecen este síndrome pueden sentir igualmente frustración y desgaste. La principal diferencia es que la sisifemia es más común en trabajadores jóvenes en plena etapa de formación, con los problemas económicos que esto conlleva (contratos-basura, horarios imposibles…).  El principal motivo es que este perfil es más proclive a aceptar puestos de trabajo con objetivos muy desdibujado e inalcanzables, debido a su falta de experiencia y criterio para distinguir una carga e trabajo razonable de otra que no lo es.

      Por otro lado, la persona que padece burnout no tiene ya motivación para trabajar. Sin embargo, en el caso de la sisifemia, la persona está completamente apegada a la empresa y desea darlo todo de sí misma. 

      ¿Cómo prevenir la sisifemia?

      Para empezar, es necesario que se conozca la patología y que se entienda su origen. Lo más importante para tener en cuenta es que la sisifemia tiene un marco exclusivamente laboral. 

      Una vez claro el contexto, es importante reivindicar que ningún trabajador tiene que dar su salud por su trabajo. Así, la empresa debe adecuar la carga laboral (por ejemplo, contratando al suficiente número de profesionales), para evitar así una carga física y mental nociva.

      Por otro lado, es imprescindible que se realicen evaluaciones recurrentes sobre los posibles riesgos y tomar medidas al respecto, así como implementar formaciones y cursos de relajación y detección de perjuicios en la salud mental. 

      Por su parte, el trabajador debe conocer la existencia de esta alteración y reconocer sus síntomas. En el momento que se detecte ansiedad y angustia y que una dedicación excesiva esté mermando considerablemente nuestro bienestar, debemos tomar medidas. 

      Tratamiento

      El acompañamiento psicoterapéutico es eficaz no solo para mitigar el malestar generado por la sisifemia, sino también para aprender patrones de comportamiento que eliminan de raíz el problema al ayudar a la persona a relacionarse de otra manera con su trabajo.

      En este sentido, la terapia cognitivo-conductual resulta especialmente efectiva en áreas como el manejo del estrés, la gestión del tiempo, y la eliminación de las creencias disfuncionales ligadas al ámbito laboral.

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      Referencias bibliográficas:

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