Te voy a contar una historia: Emma se sentía desconectada. No sabía en qué momento empezó a pasar, pero la vida como la conocía fue desapareciendo. Aunque su círculo social es más bien privado, tiene buenos amigos que dejó de ver, pues un malestar que empezó a filtrarse en su vida hizo que se alejara cada día más de las personas que amaba.
Al no saber ni querer dar explicaciones sobre lo que sentía, empezó a aislarse, a rechazar planes y sus espacios de interacción social se fueron reduciendo cada vez más, incluso con las personas de su trabajo. Se limitaba a hacer sus labores e irse de la oficina sin más.
Así fue como la depresión comenzó a limitar la vida social de Emma, y sentía que recobrar esa vida que tenía y esas rutinas que antes amaba sería una tarea imposible. Pero, a ti, que nos lees, te recordamos algo: no lo es.
Este será el tema central de hoy: cómo tener depresión puede limitar la vida social de quien la padece y qué se puede hacer para recuperarla. ¡Acompáñanos!
Depresión: un trastorno, muchas consecuencias
El término “depresión” se usa muy a la ligera en ocasiones; sin embargo, sufrir de depresión no simplemente estar triste unos días. Es algo mucho más profundo, un trastorno que te afecta de formas que a veces ni siquiera imaginas.
Puede sentirse como un vacío constante, una sensación de desesperanza que no desaparece, aunque todo a tu alrededor parezca ir bien. Y no, esto no es cuestión de ánimo ni algo que se “arregle” con buenos consejos.
Lo que muchas veces no se dice es cómo la depresión cambia la forma en que ves el mundo y cómo te relacionas con él. No es solo que te sientas mal emocionalmente, también afecta tu energía, tus pensamientos, y hasta las cosas que antes disfrutabas. Y esto, inevitablemente, termina tocando áreas importantes de tu vida, como tus relaciones con los demás.
¿Cómo impacta en la vida diaria?
La depresión no se queda únicamente en la cabeza. Es como si se metiera en todas las áreas de tu vida. Para empezar, puede dejarte agotado todo el tiempo, incluso si duermes mucho (o nada). Te cuesta concentrarte, tomar decisiones, y hasta hacer cosas simples como cocinar o salir a dar un paseo.
En el trabajo o los estudios, esto se traduce en sentirse constantemente atrasado o abrumado. Lo que antes era una tarea fácil ahora parece imposible de completar, y eso genera más estrés. Y ni hablar de tus hobbies o actividades favoritas: lo que antes disfrutabas, ahora parece no tener sentido.
Pero lo que más suele pasar desapercibido es cómo la depresión afecta tus relaciones. De repente, las salidas con amigos se sienten agotadoras. Hablar con la familia se convierte en un esfuerzo enorme. O tal vez te aíslas, simplemente porque no quieres «cargar» a los demás con lo que estás sintiendo. Y ahí es donde se complica aún más todo, porque el aislamiento termina reforzando el ciclo de la depresión.
Depresión y vida social: ¿cómo afecta?
La depresión no solo afecta cómo te sientes contigo mismo, sino también la manera en que te relacionas con los demás. Tus relaciones pueden comenzar a resentirse, no porque lo desees, sino porque este trastorno influye directamente en tu capacidad para conectar con otros. Cosas que antes eran espontáneas, como una charla ligera o una reunión entre amigos, pueden sentirse como tareas titánicas.
Muchas personas con depresión tienden a evitar el contacto social. Esto no sucede porque no quieran estar con sus seres queridos, sino porque sienten que no tienen la energía necesaria o temen ser una «carga» para los demás. Además, puede aparecer la ansiedad social, que añade una capa extra de dificultad. Te preocupas por cómo te ven los demás o por no estar a la altura de sus expectativas, lo que hace que quedarte en casa parezca la opción más sencilla.
Un estudio realizado por Aleksandra Kupferberg y Gregor Hasler y publicado en 2023 en Journal of Affective Disorders Reports destaca que la depresión afecta profundamente las habilidades de interacción social, desde la capacidad para interpretar emociones en los demás hasta la manera en que manejas los conflictos. Este impacto no solo dificulta mantener relaciones cercanas, sino también la creación de nuevas conexiones, lo que refuerza el aislamiento.
También es cierto que la forma en que te ves a ti mismo también cambia cuando tienes depresión. Es común pensar que no eres suficiente o que los demás no pueden comprender lo que estás pasando. Estas ideas suelen llevar a malentendidos y a que tus relaciones se enfríen. Y, atención con esto, porque este ciclo de aislamiento genera más culpa y refuerza aún más los síntomas depresivos.
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Además, los investigadores Timon Elmer y Christoph Stadtfeld encontraron, en 2020, que las personas con síntomas depresivos suelen interactuar más con otras que también los tienen. Este fenómeno puede ser un alivio temporal porque te sientes entendido, pero también puede limitarte si refuerza esa sensación de estancamiento.
Otro detalle importante y que no siempre se menciona es que, incluso cuando los síntomas de la depresión comienzan a mejorar, los problemas sociales pueden persistir. Las relaciones dañadas o descuidadas no se reconstruyen automáticamente, y recuperar la confianza en los demás, e incluso en ti mismo, lleva tiempo. Por eso, es importante abordar estos déficits sociales como parte integral del tratamiento.
Los estudios también subrayan que la depresión no solo afecta las relaciones actuales, sino también la percepción de las redes sociales en general. La falta de motivación, el agotamiento emocional y los pensamientos negativos influyen en cómo interpretas las acciones de los demás, lo que puede dificultar aún más el proceso de reconexión. Sin embargo, es posible trabajar en ello.
Cómo recuperar la vida social si tienes depresión
Hay varias cosas que puedes hacer para acercarte más a los que amas. Entre ellas, las siguientes:
Recuerda que dar un paso pequeño es mejor que no dar ninguno
Si sientes que tu vida social está en pausa por la depresión, no tienes que forzarte a hacer algo grande desde el principio. Lo importante es dar pequeños pasos, sin presión, y respetar tu ritmo. Piensa en esto como un proceso gradual donde cada avance, por pequeño que parezca, suma.
Habla con alguien de confianza
Busca a una persona con quien te sientas cómodo y comparte cómo te sientes. No necesitas hacer una confesión profunda o dramática. Algo sencillo como “Extraño a mis amigos pero me he alejado de ellos” puede ser suficiente. A veces, solo decirlo en voz alta puede aliviar parte del peso emocional y abrir espacio para el apoyo que necesitas.
Reconecta con lo que antes disfrutabas
Advertencia: puede que esto te cueste un poco porque, probablemente, no se sentirá como antes. Pero, hacer el esfuerzo, viene bien; eventualmente, las ganas volverán.
Piensa en actividades sociales que solías disfrutar. ¿Te gustaba salir a caminar, tomar un café con un amigo o ver una película con alguien?
Si no sientes ganas de retomar esas actividades de inmediato, prueba una versión más sencilla. Por ejemplo, si sientes que aún no te apetece demasiado salir, podrías invitar a un amigo a casa para una charla o una película. La idea es empezar con algo manejable que te ayude a sentir más conexión con los tuyos.
Practica interacciones sencillas
Si socializar en persona te resulta complicado, empieza con interacciones más simples. Enviar un mensaje, responder un chat o hacer una llamada corta puede ser un buen primer paso. Esto te permite reconectar sin sentir que te abrumas. A medida que sientas más comodidad, podrás avanzar hacia interacciones más frecuentes.
Sé paciente y amable contigo
Es normal que al principio te sientas incómodo o incluso pienses que no estás avanzando lo suficiente. Pero recuerda que cada pequeño intento cuenta. No te juzgues por no estar “donde crees que deberías”. Estás trabajando para recuperar algo importante, y eso lleva tiempo.
Referencias:
- Elmer, T., & Stadtfeld, C. (2020). Depressive symptoms are associated with social isolation in face-to-face interaction networks. Scientific Reports, 10(1).
- Kupferberg, A. y otros (2023, diciembre). The social cost of depression: Investigating the impact of impaired social emotion regulation, social cognition, and interpersonal behavior on social functioning. Journal of Affective Disorders Reports, Volume 14, 2023, 100631, ISSN 2666-9153.
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