Estoy harto de mi trabajo: 7 consejos para solucionarlo.

bournout javier ares psicologo online

Estoy harto de mi trabajo, no lo aguanto más.

El estar harto del trabajo se considera estrés en el ámbito laboral (o dicho de otra forma Burnout) es un problema más habitual de lo que nos gustaría; con frecuencia nos sentimos agotados y desmotivados, y no siempre como consecuencia directa del trabajo que nos toca hacer, sino a causa (al menos en parte) de cómo gestionamos nuestras emociones y nuestros hábitos de trabajo. Ante esta sensación es importante actuar para evitar afectaciones más graves.

En la sociedad actual, donde prima tenerlo todo al momento, es común que los trabajadores se sientan desgastados y sentirse sobrepasados. Esta sensación de agotamiento también conocida como burnout produce en el individuo distintos síntomas que pueden repercutir tanto en su salud física como psicológica, alterando su estado cognitivo, emocional y conductual.

En este artículo hablaremos sobre el desgaste laboral, qué factores pueden contribuir a desarrollarlo, cuáles son sus principales características y qué estrategias o técnicas podemos realizar para disminuir y afrontar la sensación de agotamiento en el entorno laboral.

¿Qué es el desgaste laboral?

El desgaste laboral, también conocido como burnout, es un tipo de alteración psicológica basada en el estrés y relacionada con el trabajo. La afectación, es decir, los síntomas que observamos en este fenómeno, son tanto físicos como emocionales: en terapia vemos cómo el paciente se siente sobrepasado por su trabajo o percibe un gran malestar y sensación de estancamiento vinculada al ámbito laboral: no ve una salida a lo que le ocurre. Así pues, se da una curiosa mezcla de vernos sobrepasados por objetivos a corto y largo plazo y, a la vez, sentirnos desmotivados a causa de la fatiga emocional y la falta de perspectivas de mejora. Esto da lugar a un círculo vicioso: no hay la motivación suficiente como para resolver todas esas tareas acumuladas, sean pocas o muchas.

Las consecuencias del agotamiento laboral son distintas, observándose tanto una afectación física como emocional. Con síndrome de burout, nos sentimos mucho más cansados sin razón aparente, con mayor estrés paso lo que pase, con dificultades para dormir, tristes, ansiosos e irritables, con alta sensibilidad al menor contratiempo. Por otro lado, también se pueden observar problemas como una mayor predisposición al consumo de sustancias psicoactivas o alteraciones en la salud física, como mayor vulnerabilidad a desarrollar una enfermedad, a presentar una diabetes tipo 2 o no insulina dependiente, afectaciones gastrointestinales, migrañas, problemas cardiovasculares o aumento de la presión arterial… Todos ellos signos propios del exceso de estrés durante periodos prolongados.

Dada la situación en la que se encuentra el sujeto, si no se interviene la alteración este fenómeno puede derivar en problemas mayores, como el desarrollo de un trastorno de ansiedad o del estado del ánimo. Por ejemplo, un trastorno depresivo mayor o un trastorno de ansiedad generalizada.

Pese a observarse en distintas profesiones, hay algunas que son especialmente sensibles a presentar burnout: estas son las que generan mayor implicación emocional, donde el estado de ánimo puede verse más afectado, como médico, psicólogo, veterinario o policía, entre otras.

¿Cómo afrontar el desgaste laboral?

Es importante buscar apoyo psicológico profesional cuando percibamos algún síntoma o signo de desgaste laboral en intensidades altas, puesto que las consecuencias pueden ser múltiples, afectando tanto a nivel conductual, cognitivo y emocional y, por tanto, repercutiendo no solo en el trabajo sino también en nuestra vida persona. Son muchas horas las que pasamos trabajando, y por este motivo debemos intentar estar lo mejor posible y actuar cuando notemos que no estamos a gusto.

Ahora bien, más allá de los avances realizados en el contexto e la terapia psicológico, hay ciertos hábitos de vida que ayudan a mitigar y prevenir el desgaste laboral. Veamos pues qué estrategias nos pueden ser útiles en este sentido.

1. Plantéate qué opciones hay

A veces nos quedamos estancados y no somos capaces de modificar nuestro camino o modo de proceder, hecho que termina agotándonos porque no vemos más allá de las tareas pendientes. Es, por tanto, necesario que valoremos las distintas alternativas que tenemos, como pedir ayuda a un compañero, comentar el problema con nuestro jefe o cambiar el modo de plantear o ejecutar la tarea.

2. Entrena tus habilidades sociales y asertivas

Es posible que la situación nos sobrepase porque nos cuesta tratar con las otras personas, ya sean clientes u otros trabajadores. Entrenar tus habilidades sociales y asertivas te será útil para afrontar mejor la situación. Esto te ayudará a aprender a defender tus derechos laborales de forma adecuada y a saber cómo tratar con tus superiores comentando todo lo relevante acerca e tus intereses y aspiraciones. También te permitirá estar más en sintonía con tus compañeros y con las personas a las que atiendes, de modo que sea menos probable que haya una gestión poco adecuada de los incentivos y de las tareas. Una buena comunicación es fundamental para lograr mejorar las condiciones de trabajo; si no expresamos los problemas es muy probable que no haya mejora.

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3. Busca apoyo social

Una de las peores sensaciones que podemos sufrir es sentirnos solos, y más si no estamos pasando por un buen momento y nos sentimos superados. En estas circunstancias será esencial que busques apoyo externo. Así por ejemplo, desde el entorno laboral nos pueden procurar apoyo emocional, nos pueden echar una mano u orientar, etc. Y también ayuda sentirse apoyado por individuos que están en situaciones similares a nosotros.

Del mismo modo, también es favorable el apoyo por parte de gente externa al trabajo, como amigos o familiares; en este caso el objetivo no consiste en buscar apoyo laboral, sino que la finalidad es desahogarnos, poder comunicar cómo nos sentimos y poder desconectar. No hay que olvidar que “desahogarse” hablando de los problemas y ponerles nombre permite perderle el miedo a ciertas ideas recurrentes, haciendo que al venirnos a la mente no nos estresen tanto.

El apoyo de otras personas será importante para prevenir que la afectación derive en problemas mayores. No te quedes aislado, ya que de este modo solo harás que la situación empeore. El trabajo es importante, pero cuidar tu entorno y sentirte bien lo es más.

4. Relájate

Como ya hemos visto, el agotamiento laboral es un tipo de complicación ligada al estrés; por esta razón nos puede ser útil realizar actividades de relajación para disminuir los síntomas ansiosos que podamos tener. Puedes hacer alguna actividad como yoga que aparte de relajarte; te ayudará a estirar y mover tu cuerpo o puedes probar con otras técnicas relajantes como por ejemplo estirarse boca arriba, relajar la musculatura e ir concentrándose en cada parte del cuerpo para notar cómo esta disminuye su tensión. Intenta también realizar una correcta y calmada respiración, coge aire y suéltalo lentamente.

5. Practica deporte

Hacer deporte es siempre una buena opción, ya que te ayudará no solo a mantener un buen estado de salud física sino también de salud mental. Hacer ejercicio permite que desconectes de tus preocupaciones y disminuyas la tensión acumulada, canalizando mejor tu atención hacia el momento presente.

6. Descansa

Dormir es esencial para conseguir un buen funcionamiento en nuestro día a día, y por este motivo es fundamental que descansemos y durmamos bien. El cuerpo nos da señales de cómo estamos, así que no lo ignores y descansa las horas recomendadas no menos de 7. De este modo es más probable que afrontes mejor el trabajo y te sientas con más fuerza y energía.

7. Céntrate en una tarea

Es normal que, cuando nos supera la cantidad de trabajo, intentemos realizar más de una tarea al mismo tiempo, lo cual generalmente nos lleva a que no hagamos bien la faena y sólo aumentemos los niveles de estrés. En la medida de lo posible es mejor que centres tu atención en una tarea y las vayas haciendo de manera secuencial, una detrás de otra, puesto que así es más probable ser eficiente y disminuir las sensaciones de sobrecarga laboral.

Referencias:

Rodríguez, R. y de Rivas, S. (2011) Los procesos de estrés laboral y desgaste profesional (burnout): diferenciación, actualización y líneas de intervención. Medicina y Seguridad del trabajo.

Kumar, S. (2018) Preventing and Managing Burnout: What have we learned? University of Auckland.

Lubbadeh, T. (2020) Job Burnout: A General Literature Review. International Review of Management and Marketing.

Carrillo, L., Fernández, MªN., Clariana, S.M. y de los Ríos P. (2018) Manual CEDE de preparación PIR. Psicología de la Salud. CEDE: 5ªEdición.

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