¿Distorsiona la realidad estar deprimido?

La percepción tiene un papel fundamental en las formas que tenemos de comprender el mundo y la realidad que nos rodea. A través de los sentidos, interpretamos y procesamos la información del entorno. Esto es lo que conforma nuestra percepción subjetiva, por lo que es importante reconocer que esta no es precisa u objetiva. Cabe tener en cuenta considerar algunos factores que pueden influir en nuestra forma de percibir el mundo.

Entre estos factores podemos encontrar sesgos cognitivos, influencias culturales y, en el caso concreto del que hablaremos en este artículo, la depresión. La depresión es un trastorno mental que afecta a millones de personas, y que además de tener manifestaciones y sintomatología emocional y física, puede influir en la forma en la que percibimos la realidad. Síntomas como la apatía, tristeza y falta de energía pueden llegar a distorsionar nuestra visión del mundo y a cómo interpretamos nuestro entorno.

A lo largo de este artículo, vamos a explorar las formas en las que la depresión puede alterar nuestra percepción de la realidad. Exploraremos sus efectos en nuestra interpretación de acontecimientos, además de la forma en la que influye en nuestra visión de nosotros mismos y de los demás. Antes de seguir, es fundamental aclarar que la distorsión de la realidad no es fruto de una debilidad personal, sino una manifestación de una enfermedad mental.

¿Qué es la percepción?

La percepción es un proceso cognitivo fundamental para la interpretación y comprensión del mundo y entorno que nos rodea, y funciona a través de nuestros sentidos. Mediante la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, captamos información sensorial que procesamos cerebralmente para construir representaciones significativas de lo percibido.

Cada uno de nuestros sentidos tiene un papel único en este proceso. La vista aporta información visual, percibiendo a través de ella formas, colores y detalles. El oído permite percibir y procesar sonidos, tonos y frecuencias, el olfato nos ayuda a detectar olores y asociarlos a diferentes estímulos, el gusto procesa los sabores de los alimentos, haciéndonos distinguir entre sabores y el tacto se centra en la información táctil, que percibimos mediante nuestro cuerpo, tales como texturas, temperaturas o incluso la presión atmosférica.

Sin embargo, la percepción no se limita únicamente a captar información sensorial. Está también influenciada por procesos cognitivos, como la atención, la memoria y las expectativas previas. Nuestro cerebro organiza, interpreta y da significado a la información sensorial para construir una representación interna de la realidad. Es importante por ello que la percepción no es un reflejo exacto de la realidad objetiva; está sujeta a diversas distorsiones y sesgos. Los sesgos perceptuales pueden surgir debido a la selectividad de nuestra atención, nuestras creencias y experiencias previas, así como la influencia social y cultural.

La depresión y las distorsiones cognitivas

Como hemos comentado previamente, la depresión y su sintomatología va más allá de la tristeza o la desmotivación. Puede tener un impacto significativo en la forma en que percibimos y experimentamos la realidad. La depresión puede distorsionar nuestra percepción de varias maneras, afectando tanto nuestra interpretación de los eventos como nuestra visión de nosotros mismos y de los demás.

Pasando por una depresión, nuestra percepción tiende a enfocarse en los aspectos negativos y desfavorables de la vida. Incluso eventos neutrales o positivos pueden ser interpretados de manera pesimista o como confirmación de nuestras creencias negativas. Esta distorsión cognitiva puede generar una visión muy negativa de la realidad.

La depresión también puede influir en cómo percibimos nuestras emociones. Las personas con depresión pueden experimentar una disminución general en la intensidad emocional, lo que puede llevar a una percepción empobrecida de la realidad emocional. Los sentimientos de tristeza, apatía y desesperanza pueden colorear nuestra interpretación de eventos y generar una visión generalizada de falta de interés o satisfacción en la vida.

Además, la depresión puede alterar nuestra percepción de nosotros mismos. Podemos desarrollar una baja autoestima, sentirnos inadecuados o percibirnos como una carga para los demás. Estas distorsiones de la autopercepción pueden afectar nuestra capacidad para interactuar socialmente y generar un ciclo negativo en el que nuestra visión distorsionada de nosotros mismos refuerza aún más la depresión.

Es importante destacar que la distorsión de la percepción en la depresión no es simplemente una cuestión de «ver las cosas de manera negativa». Está arraigada en los desequilibrios químicos y los cambios neurobiológicos asociados con la enfermedad. La depresión afecta la forma en que nuestros cerebros procesan y responden a la información emocional y cognitiva, lo que da lugar a una visión alterada de la realidad.

Es fundamental buscar ayuda y tratamiento adecuados para la depresión. La terapia cognitivo-conductual y los medicamentos antidepresivos pueden ayudar a corregir las distorsiones de la percepción y promover una visión más equilibrada de la realidad. El apoyo emocional y social también desempeña un papel crucial en el proceso de recuperación.

Al comprender cómo la depresión puede distorsionar nuestra percepción de la realidad, podemos desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia aquellos que la experimentan o hacia nosotros mismos/as en caso de pasar por momentos complicados o experimentar un trastorno como la depresión. La educación y la conciencia sobre la interacción entre la depresión y la percepción son fundamentales para fomentar un entorno compasivo y apoyar la salud mental de aquellos que luchan contra esta enfermedad debilitante.

¿Se puede controlar la distorsión de la percepción?

Aunque la distorsión de la percepción puede ser un desafío, existen estrategias que pueden ayudarnos a contrarrestarla y lograr una visión más equilibrada de la realidad. El proceso de controlar las distorsiones de la percepción puede ser muy complicado de afrontar autónomamente; ¡no tengas miedo a pedir ayuda!

Para concluir este artículo, presentamos algunas sugerencias para abordar la distorsión de la percepción, pero es importante que recurras a ayuda terapéutica en caso de necesitarlo.

1. Autoconciencia

Ser consciente de nuestros propios sesgos y patrones de pensamiento puede ayudarnos a identificar y cuestionar nuestras interpretaciones distorsionadas. La autoobservación y la reflexión pueden ser herramientas poderosas para examinar nuestras creencias y percepciones subjetivas.

2. Buscar perspectivas diferentes

Exponernos a diferentes puntos de vista y opiniones puede ampliar nuestra visión y ayudarnos a desafiar nuestras propias distorsiones perceptuales. Leer diferentes fuentes de noticias, participar en debates respetuosos y buscar el consejo de personas con experiencias diversas pueden proporcionar una perspectiva más amplia.

3. Validación emocional

Reconocer y validar nuestras propias emociones, así como las de los demás, es fundamental para mantener una percepción equilibrada. Al validar nuestras emociones, podemos evitar caer en interpretaciones exageradas o negativas.

4. Prácticas de atención plena

La atención plena o mindfulness puede ayudarnos a estar presentes en el momento y observar nuestras experiencias sin juicio. Al estar conscientes de nuestras sensaciones, pensamientos y emociones sin aferrarnos a ellos, podemos disminuir la influencia de la distorsión perceptual.

Referencias bibliográficas:

Almache Navarrete, E. V. (2019). Relación entre distorsiones cognitivas y depresión: Unidad de Intervención en Crisis del Instituto Psiquiátrico Sagrado Corazón (Bachelor’s thesis, Quito: UCE).

Baringoltz, S. (2009). Terapia cognitiva y depresión. Revista de la Asociación de Psicoterapia de la República Argentina. Vol, 2.