Año tras año, llegan a los gabinetes cada vez más casos de pacientes que sufren de ansiedad laboral. Sabemos que esta modalidad de la ansiedad reúne a todas aquellas reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y conductuales que tienen relación al entorno de trabajo, la organización, o la actividad laboral en sí. Los pacientes experimentan síntomas como sudoración, taquicardia, o tienen la sensación de no poder respirar correctamente. Aunque estos síntomas operan como señales de que lo que las personas están sufriendo es ansiedad, muchas de ellas continúan sus vidas como si nada les estuviera sucediendo. Es, quizás, recién en el momento que protagonizan una vivencia más movilizante cuando deciden finalmente acudir con un psicoterapeuta, como un episodio de desrealización o despersonalización —es decir, sentir que están “fuera de sí mismos” o de su propio cuerpo—, ataques de ansiedad, náuseas, arcadas, etcétera.
Esta resistencia a pedir ayuda profesional es perjudicial para los pacientes. Tardar en iniciar un proceso psicoterapéutico se trata de una experiencia común, sistemática y recurrente entre las personas. Aquí no hay culpables, puesto que jamás se nos ha enseñado a solicitar asistencia incluso cuando más lo necesitamos. Es difícil, pero detener la bola de nieve de la ansiedad es más laborioso aún, porque la persona puede optar por alternativas poco beneficiosas para apaciguar esos síntomas tan dolorosos —la automedicación, el consumo de sustancias, las conductas problemas— que, en el largo plazo, son inútiles y solo acarrean más problemas. Debemos tomar conciencia acerca de cuán importante es actuar a tiempo ante la ansiedad laboral, bajo el resguardo de un equipo de profesionales de la salud mental. En este artículo, desarrollaremos este tema.
Ansiedad laboral: sus características
El entorno laboral puede suponer un sitio en el cual desplegar las propias capacidades, desarrollar una carrera, poner en marcha un proyecto personal o, para otras personas, operar simplemente como un sostén capaz de sustentar otras áreas vitales valiosas como la familia. El trabajo puede ser un entorno vitalizante. Sin embargo, eso no quita que implique, en muchas ocasiones, un factor más de estrés y ansiedad.
La ansiedad laboral no puede ser concebida sin tener en consideración los cambios que han acontecido durante las últimas décadas en el mundo del trabajo. Cada vez es más común el teletrabajo, donde dividir la atención entre las exigencias que provienen de la pantalla y los quehaceres del hogar es una fuente significativa de estrés; otros fenómenos, como el multitasking, también son agravantes de los estados ansiosos y son producto del estilo de vida que llevamos en la actualidad. Aunque no existe una causa unívoca que determine la ansiedad, sí hay factores que se entrecruzan en los sujetos (como factores epocales, genéticos, conductuales, de personalidad, etcétera) que sedimentan un “terreno fértil” para que, dadas las condiciones, la ansiedad y el estrés laboral aparezcan.
Soy profesor y tengo ansiedad: síndrome del profesor quemado.En sí mismo, el estrés laboral no es un fenómeno problemático. De hecho, en esencia, el estrés es normal y beneficioso. Cuando nos encontramos frente a un estímulo estresante, que requiera de nuestra atención y esfuerzo para ser resuelto —por ejemplo, una fecha límite de entrega o una reunión importante con nuestra jefa—, se desencadena una respuesta fisiológica en nuestro organismo que nos asegura la adaptación a la situación novedosa. Sin embargo, cuando esos estresores prevalecen a lo largo del tiempo y no pueden ser resueltos, los efectos del estrés en nuestro organismo podrían cronificarse y resultar perjudiciales de forma multidimensional, tanto a nivel biológico, cognitivo y comportamental.
Es necesario que exista el estrés en todas las áreas de la vida, pues sin él no seríamos capaces de resolver ninguna tarea, siquiera las más elementales. Ahora bien: suele ocurrir que muchos pacientes que sufren síntomas de ansiedad en el área laboral se enfrentan cotidianamente a niveles de estrés gigantescos. En otros casos, sucede que los estresores no son de una intensidad tan grande, pero los pacientes no cuentan con las habilidades de afrontamiento necesarias para resolverlos. Por último, también existen casos en los que el estrés es relativamente manejable, pero no existe un valor subyacente a ese trabajo que motive a la persona a tolerar esos momentos de tensión, presión o alerta. Todas estas posibilidades pueden ser trabajadas junto con un psicoterapeuta. Sin embargo, como adelantábamos en un principio, no todos los pacientes acuden a la consulta, y los que lo hacen, muchas veces llegan con una mochila de sufrimiento añadido por haber evitado durante años resolver el problema.
La importancia de la psicoterapia ante la ansiedad laboral
Teniendo esto en consideración, es de suma importancia concienzar a los pacientes sobre la necesidad de actuar a tiempo frente a la ansiedad laboral. De tratarse de un problema sostenido en el tiempo, y de contar con los factores predisponentes para ello, algunas personas podrían desencadenar un trastorno de pánico o un trastorno de ansiedad generalizada. En múltiples ocasiones, los síntomas alcanzan una gravedad tal que los pacientes son incapaces de acudir a sus trabajos incluso teniendo intenciones de hacerlo. Las consecuencias en el largo plazo de la ansiedad laboral pueden ser demasiado invalidantes. De hecho, podrían extenderse más allá del trabajo, alcanzado a todas las áreas vitales de la persona, como lo vinculado a la familia, las amistades, la pareja, lo académico, lo recreativo, etcétera.
Afortunadamente, existen muchos psicoterapeutas formados en el tratamiento de estrés y ansiedad laboral. Se trata de una problemática o trastorno que prevalece cada vez más en nuestra sociedad, por lo que, en simultáneo, se multiplican los profesionales que se forman en estos temas para brindar tratamientos eficaces. Diversos tratamientos para los trastornos de ansiedad, como aquellos basados en el enfoque cognitivo-conductual o terapias de tercera generación, han demostrado también ser beneficiosos para los pacientes con ansiedad laboral incluso cuando sus síntomas son graves. Más allá de esto, enfatizamos en que no hace falta arribar a tal punto para recibir ayuda profesional. Al contrario de lo que una visión estigmatizante sugiere, la psicoterapia no hace a las personas débiles, sino que las ubica en una posición de valentía y responsabilidad para consigo mismos, con sus seres queridos y con el propósito de construir una vida que merezca la pena vivir.
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