8 Mitos Sobre la Depresión que Debes Conocer para Evitar Errores Comunes

Javier Ares Arranz Psicólogo Online Madrid

La depresión es el trastorno mental más prevalente y uno de los que más sufrimiento comportan a los sujetos que los desarrollan. Se calcula que entre un 8 y un 15% de personas sufrirán depresión en algún momento de su vida.

Dada la gravedad de esta psicopatología, es necesario desmentir algunas creencias erróneas que la sociedad tiene sobre la depresión.

En este artículo te describo brevemente el trastorno depresivo mayor dando algunos datos relevantes y desmentiré algunos de los mitos más frecuentes sobre este trastorno del estado del ánimo.

 

La depresión mayor

La depresión mayor es, según la Organización Mundial de la Salud, el trastorno mental más frecuente, con una prevalencia del 3,8% a nivel mundial, afectando a 280 millones de personas y el que genera más costes para la sociedad y mayor sufrimiento y malestar. Por este motivo no podemos minusvalorar esta afectación y debemos actuar cuando sea necesario para prevenir y tratar alteraciones que pueden derivar en consecuencia graves.

En este sentido, dada la complejidad y variedad de formas de la depresión mayor, es relativamente fácil dar por cierta información errónea sobre la misma, ya que raramente tendremos la posibilidad de conocer de un modo directo las características de esta alteración, y el hecho de que los problemas de salud mental sigan siendo en parte un tabú en la sociedad actual no ayuda en este sentido.

Lo primero que debes saber de la depresión es que es una psicopatología que se engloba dentro de los trastornos del estado del ánimo, y que afecta de manera muy significativa al estado emocional de la persona y a su manera de percibir la realidad. Además, tiende a conducir a quien la sufre a una dinámica de comportamientos autodestructivos, ya sea por vía de hábitos poco saludables o, en casos extremos, autolesiones e ideación suicida. Además, la dimensión temporal en la que se desarrolla la depresión es de meses y años: no viene y se a en cuestión de horas o de pocos días. Y por otro lado, no siempre está desencadenada por un evento concreto y fácil de delimitar.

Dicho esto, veamos cuáles son los principales mitos sobre la depresión.

 

Mitos más frecuentes sobre el trastorno depresivo

Dada la mala utilización y la confusión que genera a veces el trastorno depresivo, se han creado falsas creencias que sólo hacen más difícil afrontar esta complicada patología.

A continuación veremos algunos de los mitos vinculadas con la depresión mayor, desmentidos.

 

1. Tener depresión es lo mismo que estar triste

Depresión y tristeza no son lo mismo, y por tanto no los podemos utilizar como sinónimos. La tristeza es una emoción básica que produce un estado negativo, pero que puede ser funcional y por tanto no es patológico. En cambio, la depresión es un trastorno y que, como tal, genera una disfuncionalidad, altera la vida de la persona y no solo le produce malestar, sino que además reduce mucho su calidad de vida durante un periodo considerable. A diferencia de la tristeza, la depresión sí que requiere intervención profesional en terapia, normalmente combinando el acercamiento psiquiátrico con el psicoterapéutico.

También nos puede ayudar a diferenciar un concepto de otro la duración de cada uno. Normalmente la tristeza suele ser más breve, del mismo modo que aparece se va; contrariamente, la depresión debe durar mucho más.

 

2. La depresión solo es una alteración anímica

Es cierto que uno de los síntomas descriptivos de la depresión es la tristeza patológica y que como tal esta afectación está clasificada dentro de los trastornos del estado de ánimo. Pero esta disminución anímica no es la única afectación que observamos, también percibimos alteración en: la conducta (como retardo o agitación psicomotriz, inhibición o parálisis); la motivación (que se encuentra disminuida) o la cognición (observamos disminución en el rendimiento o concentración).

Otros síntomas que se pueden presentar son: afectaciones fisiológicas como alteración del sueño, del apetito, aumento de la fatiga, menor deseo sexual y problemas en las relaciones sociales, pérdida del interés en interaccionar con los demás.

 

3. Si estás deprimido es porque eres débil y frágil

Esta creencia es muy disfuncional, ya que estamos otorgando la culpa al paciente de tener el trastorno cuando realmente tenerlo no es algo voluntario. Sí que es necesario para que el tratamiento sea eficaz y tenga efecto que el sujeto se muestre colaborador, pero no podemos afirmar, ya que es completamente falso, que el sujeto tiene depresión porque es débil o porque no quiere mejorar.

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Es ilógico y no tiene sentido pensar que alguien tiene depresión porque quiere y que si realmente pudiera hacer algo para remediarlo no lo haría.

 

4. La depresión se puede fingir

Esta es otra creencia que repercute y dificulta poder tratar la depresión, ya que no podemos banalizar un problema tan grave como es tener un trastorno mental. Los profesionales están preparados y tienen los instrumentos de evaluación pertinentes para poder diagnosticar de manera válida la depresión. Por tanto, es muy poco probable que si alguien recibe el diagnóstico realmente lo esté fingiendo, porque si es así el psicólogo lo detectará.

 

5. Los niños no pueden tener depresión

Los niños pueden tener depresión igual que los adultos. Aunque la prevalencia es superior cuando aumenta la edad del sujeto, los niños también pueden sufrir el trastorno, presentando, aparte de los ya mencionados, síntomas un poco distintos como irritabilidad o dificultad para alcanzar el peso esperado, debemos tener en cuenta y valorar la sintomatología adaptándonos a la edad que tiene el sujeto.

Por tanto, si creemos que los niños no pueden deprimirse estamos aumentando la probabilidad de que el trastorno se cronifique, puesto que no recibirá tratamiento para que este disminuya.

 

6. La depresión es consecuencia de un acontecimiento negativo

Aunque puede estar relacionada con un acontecimiento negativo que el sujeto no pueda superar o afrontar, como por ejemplo quedarse sin trabajo o la muerte de un ser querido, no es condición necesaria para que aparezca depresión. El estado depresivo puede deberse a una alteración orgánica como hipotiroidismo o al consumo repetido de drogas.

Por otra parte, hay ocasiones donde el paciente no puede identificar la causa y no hay una explicación aparente que dé lugar a este estado, pero esto no significa que no tenga depresión.

 

7. Estar deprimido siendo mayor es normal

Cuando alguien mayor, de la tercera edad, se muestra deprimido, se tiende a normalizar la situación y a pensar que es un estado normal en esta población, pero esta creencia es falsa y hace que la persona no reciba tratamiento como se merece.

Sí que se observa que la prevalencia de depresión aumenta cuando nos hacemos mayores, pero esta no es condición para aceptarlo como un hecho normal al cual el sujeto que la sufre se debe adaptar. Ser mayor no comporta irremediablemente estar triste o deprimido; por tanto, si el sujeto cumple criterios diagnosticamos el trastorno y procederemos a la intervención profesional.

 

8. La depresión solo se cura con medicación

Como en cualquier otro trastorno mental, complementar el tratamiento farmacológico con intervención psicológica es eficaz y aumenta la probabilidad de que el sujeto mejore. No en todas las depresiones será necesario tratar con medicamentos, es el psiquiatra quien valora y decide. Pero al tratarse de un trastorno sí que será imprescindible realizar tratamiento psicológico para poder superar la patología, ya que esta no se irá sola y debemos intervenir para que el sujeto recupere su funcionalidad y bienestar.

 

Referencias:

Pérez, E.A.; Cervantes, V.M.; Hijuelos, N.A.; Pineda, J.C. y Salgado, H. (2017) Prevalencia, causas y tratamiento de la depresión mayor. Revista Biomédica.

Organización Mundial de la Salud (2021) Depresión.

American Psychiatric Association (2013) Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (quinta edición). Masson: Barcelona.

Antequera, J. (2018) Manual CEDE de preparación PIR: Psicología Clínica Vol.1. CEDE: 5ªEdición.

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